"No importa que te amen o te critiquen, te respeten, te
honren o te difamen, que te coronen o te crucifiquen; porque la mayor bendición
que hay en la existencia es ser tú mismo."
Aquel que solo espera el elogio y la alabanza para sentirse vivo, es tan fácilmente destruido por la crítica ajena, por la malicia, por el descrédito.
Se dice que esas personas son hojas llevadas por el viento
de un lado a otro. Exhiben su carencia en forma tan brutal, que solo generan
entusiasmo cuando el otro las considera, y si esa misma persona u otra
diferente, las desprecia, ridiculiza, o difama, entran en una profunda tristeza
que se va haciendo crónica, y viven pequeños espacios de una alegría
artificial, entre grandes espacios ,mucho más prolongados de intensa depresión,
por la opinión que alguien pueda tener de ellos, llevándolos a una minusvalía y
una baja estima mortal, que en un círculo enfermo genera que el sistema
inmunológico viva afectado.
Por eso, mi mejor consejo es que seas TU MISMO...
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